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El dia que me quieras (Los Collinwood 1)
?Que sucede cuando tu peor enemigo duerme cada dia a tu lado y en tu misma cama? Clara Balboa es una universitaria de diecinueve anos atrapada en una relacion monstruosa. Alex, su novio, es un chico guapisimo, con un cuerpo de infarto y la apariencia de un actor de Hollywood. Pero tanta perfeccion no es mas que fachada, una bajo la que se esconde un monstruo despiadado, controlador y egoista que disfruta convirtiendo la vida de Clara en un infierno. Para ella no hay escapatoria. No hay forma humana de escapar de ese infierno. O eso pensaba hasta que Hugo aparecio en su vida para proporcionarle un halo de esperanza y mostrarle una cara del amor que hasta el momento desconocia.
Cuando quieras
2015 LITERATURA Y FICCION ROMANTICA
Clara despego los parpados muy lentamente. El contacto con una superficie dura y fria bajo su cuerpo la obligo a despabilarse a marchas forzadas. Habia oscurecido. Lo ultimo que recordaba era que los timidos rayos del sol de la tarde caian de forma oblicua a traves de los visillos, llenandolo todo con su claridad. Parpadeo con nerviosismo, tratando de enfocar su mirada entre los claroscuros que imperaban ahora en la habitacion, y se dio cuenta de que algo iba mal. Realmente mal. Entre la dolorida pesadez que apelmazaba todo su cuerpo y la extrana perspectiva que, de repente, obtuvo del mobiliario que la rodeaba, comprendio que se encontraba tumbada en el suelo cuan larga era, a los pies de la cama. Trato de moverse, pero parecia que su cuerpo la hubiera abandonado y ya no obedeciera los disparatados mandatos de su cabeza. Las extremidades le dolian y, tan entumecidas como las sintio de repente, parecia que hubieran sido rellenadas con plomo. Las sienes le zumbaban, provocandole un dolor de cabeza que la traspaso por completo. Paladeo muy despacio y el sabor metalico de la sangre le dio la bienvenida en su desagradable despertar. Con evidente dificultad y un terrible dolor atravesando su cuerpo, se llevo una mano a los labios para acariciarlos a pequenos toquecitos y con dedos temblorosos. Ahi estaba la senal de alerta: la sangre los empapo de inmediato; el temeroso contacto le anuncio tambien la generosa hinchazon del labio inferior. Cerro los ojos con fuerza para cortar el paso a las lagrimas. Habia pasado otra vez.
De nuevo, y sin que ella lo hubiera podido evitar, en el segundo piso del edificio Amanecer, se habia desatado el infierno. Sollozo, tratando de no hacer demasiado ruido, no fuera a ser que el monstruo se encontrara todavia cerca. Su intento de contener el llanto provoco que varios hipidos silenciosos la hicieran convulsionar. Azuzado por las sacudidas, su cuerpo empezo a despertar, y con el, el terrible dolor que habitualmente sobrevenia despues de la tormenta. A esas alturas, y ya lucida del todo, se sintio como si la hubiera atropellado un autobus, dejandola alli desmadejada a los pies de la cama, como un muneco roto. Asi se sentia. Apoyandose sobre los codos, trato de incorporarse. No se quedaria tranquila hasta que lograra ponerse en pie y pudiera comprobar frente al espejo el alcance de los danos acaecidos esta vez. Deberia poder disimularlos frente al mundo, o de lo contrario, el se lo haria pagar. Maquillaje, gafas oscuras, la melena despeinada sobre el rostro a modo de efectiva tapadera y la cabeza eternamente inclinada para no llamar la atencion... vamos, lo de siempre. Y por mas que le doliera todo el cuerpo debia tratar de caminar y moverse sin levantar sospechas, apretar los dientes, tragarse el dolor y continuar; a cualquier leve indicio de cojera o movimiento mas torpe de lo normal, el volveria a cebarse con ella. Y no estaba segura de cuanto tiempo mas podria soportarlo antes de desfallecer. Quizas la proxima vez no llegara a despertar. CAPITULO 1 Se desperezo muy despacio, estirando los brazos y las piernas hasta el infinito, mientras grunia por lo bajito y ponia en garras los dedos de los pies, tal y como haria un gato perezoso al despertar de un largo sueno. Tras inhalar en profundidad y permitir que su espiritu se inflamara con la claridad incipiente de un nuevo dia, rodo en la cama y se encontro con el lado izquierdo completamente vacio.
Palpo las sabanas y la almohada y las noto frias. Alex ya se habia marchado. En realidad no habia nada de raro en ello. Esa semana tenia turno de manana en el C.H.U.S. [1] y, a pesar de que ella misma madrugaba para ir a la facultad, Alex siempre se le adelantaba cuando tenia ese turno. Alex, Alex, Alex... Deslizo la mirada por la fotografia que la observaba burlona desde la mesilla de noche del lado izquierdo. Era del verano pasado, en las Rias Baixas. Alex la abrazaba desde atras, rodeandola por la cintura y apresandole las munecas con posesividad, mientras miraba a la camara sin dejar de sonreir con su eterno aspecto de actor de Hollywood. Ella tambien sonreia, aunque un poco retraida y bastante menos despampanante, dejandose envolver por el inmovilizador abrazo de su chico. En realidad, atrapada por completo entre sus brazos. Un fugaz estremecimiento recorrio su columna mientras deslizaba los ojos por la silueta fotografiada de Alex. Habia que reconocer que era guapisimo.
Referente a eso, no habia que mezclar churras con merinas. Nadie podia poner en duda que su cuerpo era un cuerpo de escandalo; metro ochenta, espalda ancha, fina cintura, pecho amplio y duro como el de un toro, hombros enormes y torneados, vientre firme y adornado de abdominales... Puso los ojos en blanco y continuo enumerando mentalmente las maravillosas cualidades fisicas de Alex, tan dignas de adoracion entre el genero femenino, - sobre todo entre sus viciosas companeras de clase-. Rostro perfecto, ojos azules, pelo impecable y seductora sonrisa ladeada digna de anuncio de pasta de dientes. Una perfeccion ficticia, una estupida quimera, penso con amargura, para quien conoce lo que de verdad esconde en su interior. La misma belleza atrapante y peligrosa de las plantas carnivoras, cuya unica finalidad en la vida es lucirse para engatusar al estupido insecto de turno. Y ella habia sido el estupido insecto, la boba alevilla deslumbrada por las hermosas formas de un colorido capullo
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No me quieras 1
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no me quieras 1935