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El Sueno de Nerea
Nerea tiene una empresa de exito, un marido que la quiere y una vida perfecta.
Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volvera a
ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rapido. Nada es como
ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocia.
Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.
?Y tu? ?Serias capaz de saltar al vacio sin paracaidas y sin red?
La estrellas de Nerea (Las estrellas 2)
2018 EROTICA LITERATURA Y FICCION
Salgo de casa con lo puesto. Sin movil, sin bolso, sin cartera y sin abrigo, pero con dignidad, la recojo del suelo del rellano justo antes de cerrar la ultima maldita puerta con todas mis fuerzas. A mediados de octubre, en Madrid, ya se nota el frio, sin embargo, yo no siento nada, solo un pequeno hormigueo en los dedos de las manos y de los pies. Eso es lo unico que me hace sentir que sigo viva. Miro al cielo y la lluvia comienza a mojarme la cara, las gotas se mezclan con mis lagrimas mientras me debato entre volver y rogarle de rodillas que hablemos, o salir corriendo de alli sin mirar atras. Opto por lo segundo, y no porque este segura de ello, sino porque no me queda otra opcion. Algo me empuja lejos, muy lejos, algo que no se reconocer. El destino, tal vez. Camino calle abajo sin saber muy bien donde ir. No llevo dinero y el frio me cala hasta los huesos. Se me pasa por la mente refugiarme en la casa que durante tantos anos fue mi hogar, pero no me apetece escuchar uno de los sermones de mi madre. Ya me la imagino llamandome loca descerebrada, que actuar por impulsos siempre me ha supuesto un problema y que no pienso las cosas. No, no las pienso y por eso me encuentro en esta desafortunada situacion. Cruzo la calle sin mirar a los lados y me gano el grunido de varios conductores que me echan de la calzada tocando el claxon, enfadados. Consigo llegar al otro lado sana y salva, al menos, mi cuerpo intacto lo hace, mi corazon... es otra historia.
La gente me mira entre asustada y horrorizada. Sin duda, ven a una loca que corre sin rumbo, empapada, llorando, sin paraguas bajo un aguacero y con una fina camisa blanca que se transparenta dejando al descubierto hasta mi alma. No recuerdo muy bien como llego a casa de Carol. Llamo al portero y, entre hipos y sollozos, le pido que abra, pero se lo piensa dos veces; ni yo misma me reconozco la voz, rasgada por el dolor. Subo en el ascensor, dejando un charco en el suelo y tiritando, hasta el cuarto piso. Abre la puerta y no pregunta que ha pasado. Solo me abraza, me mete dentro y me lleva al cuarto de bano a ayudarme a entrar en calor. Me desnuda en silencio, por el momento, ninguna de las dos tiene necesidad de decir nada, me deja bajo el chorro de agua caliente y me frota. Ella sabe muy bien lo que ha ocurrido. Por lo visto, mi matrimonio es la cronica de una muerte anunciada desde hace mucho tiempo. Todos se han dado cuenta menos yo, que no he querido hacerlo. Benditas vendas de ojos que no sirven para nada. Llevo meses negandome a mi misma que algo no va bien, siempre encuentro la excusa perfecta. <
De nada me sirve el dinero si no lo podemos disfrutar. Llevamos varios anos sin hacer nada juntos. La ultima vez que viajamos solos, fue hace tres veranos, a la Rivera Maya. Lo se, un destino muy recurrente para los europeos, Sebas nunca ha sido muy original. Desde entonces casi hacemos vidas separadas. Dormimos juntos, y, cuando digo dormir, quiero decir quedarnos en estado de reposo que consiste en la inaccion o suspension de los sentidos y de todo movimiento voluntario, (no lo digo yo, lo dice la RAE). Tampoco recuerdo muy bien la ultima vez que hicimos el amor. Un mete saca de vez en cuando para desfogarnos y casi nunca espera a que yo termine. Ni follar se puede llamar a lo que hacemos. Sin embargo, yo no lo he visto venir. Si fuera de otra forma, lo diria. Jamas hubiera imaginado lo que podia ocurrir. Carol me saca de la banera, me envuelve con una toalla que ha calentado previamente en el calefactor y me besa en la mejilla. --?Puedes vestirte sola? --me pregunta como a una nina pequena. Asiento con la cabeza mientras los labios me tiemblan--.
Voy a preparar a los ninos y Andres se los llevara a dar un paseo --acaricia mi cabello con delicadeza. Sale del bano y me deja sola. Mas sola de lo que me siento en estos momentos. Si es posible. Y eso que llevo asi mucho tiempo, de esto me doy cuenta despues. Sebastian y yo hace siglos que casi ni hablamos. Nos acostumbramos a estar acompanados, pero en soledad, nos refugiamos o nos excusamos con la cantidad excesiva de trabajo que ambos tenemos y dejo de parecernos raro que caminaramos por la casa como si el otro no estuviera alli. El empezo a viajar cada vez mas y dejo de pasar muchas noches en casa. Me siento en el inodoro y comienzo a llorar de nuevo. Tapo mi cara con las manos y me llamo, una y otra vez: <
No me explico la media de sobresaliente de mi expediente academico. Todos dijeron que me comeria el mundo y no me ha ido del todo mal, tengo una de las mejores empresas de preparacion de eventos de toda la ciudad, pero nunca he creido que me pasaria esto a mi. Es como esas cosas que escuchas que le ocurre a la gente, a una prima de una amiga de una amiga. No obstante, yo me case para toda la vida. Veo a mis padres y quiero ser como ellos. Envejecer al lado de la persona que amas tiene que ser maravilloso y yo he amado locamente a Sebastian, (o amo, no lo se). No puedo dejar de quererlo de la noche a la manana. Ayer nos acostamos juntos, me abrace al hombre de mi vida y me dije que la mala racha pasaria, como muchas otras. Todas las parejas pasan por esto alguna vez, no nos hace especiales atravesar un mal momento en nuestra relacion. Llevamos juntos diez anos, no parece raro que, en un transcurso de tiempo tan largo, nos encontremos con problemas. Ya los hemos tenido antes y siempre los hemos superado. Carol vuelve al cuarto de bano, en el que me ahogo, unos minutos despues. Yo sigo sin vestir, pero ella no hace alusion a mi desgana, solo se agacha, me agarra de las manos y me levanta. Me pone las mallas negras y la sudadera que ha dejado doblada sobre el lavabo antes de marcharse y salimos al salon. Como siempre, repleto de juguetes.
Tropiezo con un Capitan America y un Hulk de quince centimetros antes de llegar al sofa y conseguir sentarme. Espero a que traiga un par de tazas de cafe y admiro la inmensidad de la estancia. Un enorme salon de un gran piso situado en el barrio de Los Jeronimos, un lugar tranquilo, cerca del Retiro, rodeado de parques y zonas verdes para los ninos, comprado despues de reflexionar sobre el futuro. Su marido, Andres, abogado de profesion, pronto la embeleso para tener dos ninos, Raul y Manel, de cuatro y dos anos de edad. Carol, como experta pediatra, siempre ha sabido los problemas que dos bebes les acarrearian, pero desde el principio tuvo claro que los queria tener y pronto se pusieron a ello. Yo vivo en Sol, en un piso centrico totalmente reformado. Enorme, demasiado grande para nosotros dos, pero de eso tampoco me he dado cuenta hasta ahora. No hemos tenido hijos, en alguna ocasion hablamos de ello, pero a Sebastian le entra urticaria y a mi los siete males (todos a la vez), asi que siempre lo hemos aplazado justo hasta disponer de suficiente tiempo para la tarea de criar un bebe (tiempo y ganas, no nos vamos a enganar). Asi que aqui estoy yo, llorando como una magdalena, sobre el sofa del sofisticado pero desordenado salon de una de mis mejores amigas a mis treinta y cuatro anos sin saber que hacer, por donde tirar ni lo que va a ser de mi vida a partir de hoy.
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La voz interior de Nerea
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