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Los ascensores dormidos de La Habana
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2018 LITERATURA Y FICCION POLICIACA NEGRA THRILLER Y SUSPENSE
Los ascensores dormidos de La Habana fue publicada por la Editorial Arraez en el verano de 2007. Fruto del exito que la novela alcanzo, a pesar de contar una distribucion muy reducida, fue reeditada en el otono de 2008. Solo se publico en papel. Ahora, anos despues, Los ascensores dormidos de La Habana vuelven a ponerse en funcionamiento. En este tiempo todos hemos cambiado: la Isla, el panorama editorial y este autor. Cuando se desarrolla la trama de la novela, en Cuba habia un regimen sustentado sobre la monolitica figura de Fidel Castro. Hoy, con Fidel ya fallecido, Cuba parece que quiere salir del letargo al que fue sometida durante seis decadas. Si se transforma en un pais democratico o permanece la actual dictadura solo el tiempo nos lo podra responder. El panorama editorial tambien ha cambiado, y sustancialmente. En 2007 el mercado digital no existia y la distribucion se realizaba por medio de las librerias, casi en exclusiva. Eso hoy es muy distinto. Una gran parte del publico lee en soporte electronico, desgraciadamente muchas pequenas librerias han cerrado y los gigantes de la distribucion por Internet han cobrado un fortisimo protagonismo. Y este autor tampoco es el mismo. Cuando escribio estos Ascensores todavia no habia publicado titulo alguno. En febrero de 2018 salio al mercado mi septima novela, al margen de tener publicados numerosos trabajos de menor extension.
A la novela que tiene usted en su mano, amable lector, solo le he dado unas pequenas correcciones ya que he querido mantener el mismo espiritu que tuvo cuando se escribio, nada mas regresar de mi primer y unico viaje a Cuba; viaje que, como ha corroborado el tiempo, acabo convirtiendome en escritor. Lectores, con todos ustedes, Los ascensores dormidos de La Habana. Bienvenidos a la Cuba de 2005. !Buen viaje! Un abrazo, Carlos Diaz Dominguez Dramatis Personae Adria Armengol. Director de marketing de la editorial. Agustin. Coordinador de taxistas cubanos. Alberto Rodriguez-Conde. Escritor madrileno. Alejandro Tuero. Hombre de confianza de Fidel Castro. Andrade. Gerente del restaurante La Terraza, en Cojimar. Anier. Pintor callejero.
Asnaldo Cortiza. Economista cubano. Beatriz Molinero. Companera de trabajo de Sofia Robles. Bernardo Monaga. Capitan del ejercito cubano. Beylin. Cubana. Amiga de Tati. Caridad Cortes. Trabajadora del Ministerio de Industria Basica. David Muntaner. Editor de Alberto Rodriguez-Conde. Delio. Camarero del hotel Presidencial.
Diego Perez. Transeunte habanero. Dulce Maria Barros. Trabajadora del Ministerio para la Inversion Exterior y Colaboracion Economica. Felix Torres. Teniente de la seguridad del Estado cubano y director del centro Ruben Martinez Villena. Gerard Macia. Presidente del grupo editorial. Gilberto Onate. Director del hotel Presidencial. Heriberto Quintana. Recepcionista del hotel Presidencial. Iris Angeri. Mulata del Malecon. Ivan.
Buceador cubano. Jaime Espinosa. Abogado. Amigo personal de Alberto RodriguezConde. Julita. Transeunte cubana. Justo Bravo. Vendedor de libros de la plaza de Armas. Lazaro Morales. Vendedor del diario Granma. Lino Valdor. Miembro de la seguridad del estado cubano. Lisandro Galvez. Teniente. Subordinado del capitan Monaga.
Lopez-Perdices. Medico forense. Lucila. Miembro del cuerpo especial de la seguridad del Estado cubano. Luis Garcia-Aldebaran. Director financiero de la editorial. Lure. Habanera callejera. Mael. Buceador cubano. Marcia Lunas. Camarera del hotel Presidencial. Nulber Ferreira. Taxista cubano. Olle.
Medico forense. Omara Cardoso. Camarera del hotel Presidencial. Onelia Calero. Empleada del museo de la Ciudad. Orestes. Cubano que pulula por el Parque Central. Pablo Olivares. Jefe de Sofia Robles. Rafael Angeri. Empleado de la seguridad del Estado cubano. Rolando Diaz. Jefe de Seguridad del aeropuerto Jose Marti. Roselio Millan. Taxista cubano (2o por orden de aparicion).
Sala. Maitre del restaurante Les Tres Claus, de Barcelona. Sofia Robles. Esposa de Alberto Rodriguez-Conde. Tati (Luis). Taxista, amigo de Beylin. Toribio Duna. Profesor universitario cubano. Victoriano Parra Perez. Empleado de la seguridad del Estado cubano. Walfrido Riva. Escritor cubano. William. Trabajador del centro Ruben Martinez Villegas. 1 La luz de la primavera madrilena entraba a raudales y sin pedir permiso por los amplios ventanales del despacho del abogado.
--?A que hora sale el avion? --pregunto el anfitrion. --A las nueve y cuarto --respondio Alberto. --?Sabes a que vas? --Si, y tu tambien. Los cuatro ojos estaban curtidos por los anos que llevaban mirandose y se entendian sin necesidad de pronunciar vocablo alguno. --David Muntaner va a proponerte algo. --Va a proponerme el guion de un libro. --Eso ya lo se. --Si, y yo tambien. Todos lo sabemos, es casi como un juego. Jaime Espinosa se encontraba de pie, mirando por la ventana. Como un chiquillo travieso, habia corrido uno de los visillos y se fijaba en una pareja que pasaba por la calle. --Alberto, ?por que no escribes de lo que te gusta? --Porque lo que me gusta no vende --contesto rapidamente el escritor, sin poder ocultar la tristeza que le producia tener que emitir una afirmacion tan rotunda como verdadera. Jaime sabia que era verdad, que en la vida de su amigo Alberto Rodriguez-Conde habia dos etapas bien diferenciadas. Una con aquella pequena editorial, y otra la actual, al calor del gran grupo de Barcelona. En la primera habia libros que hablaban de igualdad entre personas, de justicia social, de la soledad del hombre en la sociedad.
En la segunda habia aventuras, accion, personajes buenos y personajes malos. En la primera habia precariedad. En la segunda habia un atico en la calle Alfonso XII. --Las cosas han cambiado mucho --reconocio el letrado. --A mejor, Jaime, a mejor --puntualizo Alberto. --Puede que tengas razon. --Mira, tu y yo nos hemos ido adaptando a los tiempos. Atras han quedado los juegos de ninos. Tu eres hoy un importante abogado que tiene un grupo de clientes prestigiosos entre los que tengo el honor de encontrarme. Yo soy un hombre que no puede asimilar con facilidad en lo que le habeis convertido. --?Lo dices con acritud? --Jaime, lo digo con admiracion. Si yo me apartase de mi persona y me viera desde fuera, tendria que maravillarme de que clase de escritor soy. Mira, el libro de Praga se vendio casi antes de lanzarlo. Eso tiene un nombre, bueno, tiene varios... --Si, no me los digas. Me imagino que hablas de las personas que te ayudamos.
--Exacto. Soy consciente de que entre todos me habeis convertido en un hombre con dinero. Se que a mi alrededor se manejan buenas sumas, pero yo no me quejo, al contrario, a todos os tengo que estar muy agradecido. --Pero dime, Alberto, ?donde esta El reino de Alphecca? ?Donde esta Alicia en la penumbra? ?Donde esta El palpito sosegado de Sergio? --Ya se que te sabes muy bien mi obra, no hace falta que me digas mas titulos. Por cierto, a ver si por fin te enteras que la novela se llama Sergio y el palpito sosegado --Jaime sonrio--. Casi solo te ha faltado decirme la de las Lagrimas verdes... --...sobre la almohada --interrumpio Jaime, provocando entre los dos una sonora carcajada. --!Que mala era esa! --Alberto se critico con especial dureza
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