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Sin reglas
Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja
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La sala donde me encontraba estaba en total silencio. Vestida en colores calidos y con sofas a la ultima moda, la consulta de la doctora Morgan era agradable. Sin embargo, sentado en el sillon recostado, observe aquel lugar. Hacia anos que no iba a la consulta de Morgan, pero las cosas parecian no haber cambiado. Dentro del comodo silencio que me rodeaba, escuche la puerta abrirse. --Buenos dias, Daniil --dijo, yendo a su lado hasta sentarse en el sofa--. Hace mucho tiempo que no te veia por aqui. ?Ha ocurrido algo malo? La doctora Morgan, muy amiga de mi familia, llevaba un impoluto traje negro que le daba un aire mucho mas profesional. --Buenos dias, doctora --respondi, serio. Hice una mueca con los labios. Serio y a punto de derrumbarme mire la foto que mantenia guardada entre los dedos. Suspire, sintiendo que desfalleceria. Entonces, Morgan, inquieta en su asiento, se levanto y vino hasta mi lado, aquel nino al que habia tratado desde que era un chaval de no mas de siete anos. Supo que estaba realmente mal cuando de mis ojos comenzaron a caer lagrimas de pena y dolor, el labio me temblaba y no soltaba aquella foto. Morgan no lo pudo evitar, agarro la fotografia y se sorprendio de lo que habia en ella.
Una joven de no mas de dieciocho anos sonreia a la camara mientras que posaba junto a mi, quien estaba ensimismado mirandola. La pena la recorrio brutalmente, se imagino lo peor. --?Quieres contarme que ha pasado, Daniil? --me pregunto, devolviendome la foto. Capitulo 1 Me encontraba observando por la ventana del coche con la mirada fija en el edificio antiguo que se alzaba delante de mis narices. Cimentado en ladrillos, el edificio de seis plantas parecia acogedor. Sin embargo, mi humor decaia con cada palabra que salia de la boca de mi madre. Con tan solo diecisiete anos, a solo cinco meses de cumplir los dieciocho, me habia tenido que mudar de mi ciudad natal porque mi madre se habia casado con Carl Caver, por ahora mi peor enemigo. Tenia mi futuro semi estructurado. ?Y ahora que? No es que fuera introvertida, quiza un poco timida al principio, pero en Londres lo tenia todo. Mis amigas, mi familia, mi instituto... todo. Ahora debia comenzar una vida, en un pais diferente como lo era Estados Unidos, siendo el bicho raro de la ciudad. --Elizabeth --hablo mi madre--, muevete que tenemos que arreglar la casa --mando. Suspire con pesadez, saliendo del coche y yendo hasta el maletero. Saque mis maletas como pude y las deje en el suelo. Volvi a mirar el edificio y rece para mis adentros para que tuviese ascensor, porque no pensaba subir los dos maletones a cuestas ni de cona.
--?A que esperas? --pregunto Carl en un tono poco amable, como siempre. A que te vayas a la mierda, pense para mis adentros. Cogi las maletas y entre al edificio en ultimo lugar. Delante de mi estaban mi madre y Carl hablando de no se que. La verdad es que su conversacion no me interesaba, lo unico que queria era entrar a la que seria mi nueva habitacion y ponerme a emparejarlo todo. Subimos hasta el tercer piso y entramos a nuestro nuevo hogar, nada especial. Un piso de noventa metros cuadrados que tenia la cocina abierta y daba al salon, un patio interior, un bano y dos habitaciones. ?Para que mas? De igual forma acabaria peleandome con Carl, asi que los metros que tuviera el piso eran secundarios. Le pregunte a mi madre cual era mi habitacion y me mando al fondo del pasillo. Resople y fui hacia donde me habia indicado hasta llegar a una puerta entreabierta. Como pude entre e, inmediatamente, deje las maletas en el suelo. No podia negar que la habitacion tenia lo suyo: Una cama nido, sin hacer, en una esquina junto a la ventana que daba justo a la calle, un armario justo en frente y una mesita de noche. Sin embargo, lo que mas me molesto fue ver las tres cajas con mis cosas mas personales tiradas de cualquier forma en el suelo. Los de la mudanza se iban a enterar si a mis libros e instrumentos de dibujo les habia pasado algo. Mire una a una mis cosas y me asegure de dejarlo todo bien antes de agarrar mi cartera, con los pocos ahorros que tenia, mis auriculares y mi movil.
Necesitaba un lugar donde colocarlo todo porque no era poco lo que tenia, sobre todo los libros. Mis amados bebes. Decidida, sali de la habitacion y agarre unas llaves que estaban en un cuenco de la entrada, pero la voz de mi madre me paro. --?Donde vas? --me pregunto con el ceno fruncido--. ?No ves todo lo que hay que arreglar? Meti mis manos en los bolsillos de mi pantalon y bufe haciendo que mi flequillo recto se moviera. --Tengo que ir a buscar una ferreteria para colocar todas mis cosas. --?No piensas ayudar primero? --pregunto Carl. --Digo yo que tendre que arreglar mi habitacion si quiero dormir esta noche, porque esta hecha una mierda --respondi borde. --Haz lo que quieras --dijo mi madre. Ante el devenir de mi madre, decidi salir del piso y bajar por las escaleras con la musica saliendo por los auriculares a todo volumen. David Guetta, con su cancion Just One Last Time, me incitaba investigar los alrededores de mi nueva casa. Busque en Google Maps una ferreteria cerca de donde vivia y, con toda la suerte del mundo, encontre una a unos veinticinco minutos. Camine hasta llegar a la enorme tienda. Por el camino habia visto varios restaurantes de comida rapida y algun que otro parque donde los chavales de mi edad se reunian, los vi charlar alegremente. No pude evitar imaginar que yo podria estar asi algun dia cuando hiciese amistades, si es que las hacia.
El olor a madera y a pintura me invadio por completo, me gustaba ese olor. Me puse a pasear por los pasillos hasta que encontre un mueble sin montar que podria funcionarme perfectamente de estanteria para los libros y, quiza, otras cosas. --Seran setenta dolares con treinta y tres centavos, senorita --me dijo una cajera amablemente. Todos los ahorros a la mierda y a saber como iba a llevarme todo eso a casa--. Senorita, ?desea que nuestros trasportistas le lleven el pedido? Solo seran cinco dolares mas -- anadio. Sin dudarlo, pague el transporte, el cual cargaron hasta desvanecerse por las calles. No tarde mucho en llegar a mi nuevo hogar, alli me encontre con el pedido. El hombre me ayudo a subirlo a la habitacion y, tal cual, se despidio. Decidi comenzar a armar el mueble antes de que se hiciera mas tarde, eran cerca de las once de la manana, pero una voz me distrajo de mi funcion. --?Que se supone que haces? Me di la vuelta, tensa, y mire al hombre que tanto odiaba. --?No lo ves? --pregunte apretando la mandibula--. Decorar mi habitacion. --?Quien te ha dado permiso para pintar la habitacion y poner esas mierdas? Tu seguro que no, pense --Se lo dije a mi madre, ?no te acuerdas? --Hablare con ella --se fue cerrando la puerta. Lo odiaba, lo odiaba como nunca odie a nadie. Mi mente derivo en pensamientos oscuros de como acabar con ese hombre (o monstruo) tan insoportable.
Asi pues, y con la imaginacion dando en que pensar, abri la gran ventana. Necesitaba algo de aire, me iba a pillar un colocon a pintura. Cuando termine de montar el mueble y colocar cada cosa en su lugar, me dispuse a ir a la cocina para comer algo. Las tripas me rugian como fieras. Sin embargo, no pude hacerme nada mas que unos sandwiches porque mama y Carl ya habian comido y, como casi siempre, les habia importado una mierda. Una vez que me prepare la comida, fui hasta la habitacion y comi sentada en el suelo mientras veia, del portatil, unos episodios de The Big Bang Theory. Era bastante triste pensar que estaba comiendo sola sentada en el suelo viendo una serie de television, pero preferia aquello a compartir mesa con Carl. Dejando la comida a un lado me conecte para revisar mis redes sociales. Tenia poca cosa que ver. Les mande un mensaje a mis amigas y espere a que ellas respondieran; no hubo respuesta. No obstante, vi que los habian leido por el doble y azul tic que habia en el mensaje. Intente contactar con ellas, pero me habian bloqueado de sus redes sociales. ?Si? !Pues que os follen!, pense dolida por su comportamiento. Ahora debia empezar de nuevo y no me iba a ser facil. Mi ultimo ano de escuela comenzaba en una semana y no tenia amigos, iba a ser la maldita comidilla del instituto por estar sola rodeada de libros y dibujos.
Intentando olvidarlo todo, puse atencion a lo que hablaban mi madre y Carl como toda una cotilla que era. --Iremos a dar una vuelta. --escuche que decia Carl--. !Que Elizabeth se quede sola! -- exclamo con mofa--. Igualmente, siempre esta sola. Guarde en mi interior las ganas de sollozar que me entraron al escuchar esas palabras. En Londres tenia amigas, pero no era mucho de salir. Paradojicamente, era bastante extrovertida cuando acababa conociendo a la persona. Sin embargo, lo que mas me dolia era la actitud de mi madre. ?Que madre se reia de semejante comentario? Me asome por el pasillo y los vi irse, cerrando la puerta de la entrada. Entonces sali al salon y comence a hacer zapping en la television hasta parar en un canal donde estaban dando un programa de humor. Las situaciones que se mostraban en el programa eran sexuales y no pude evitar enrojecer cuando esto le pasaba a una pareja adolescente. Yo nunca habia tenido ese tipo de relacion con nadie. Si que me habia besado con chicos, pero nada mas alla de unos piquitos inocentes.
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Jasper (Sin reglas ni principios 2)
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