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Principe oscuro
Mosquita Muerta: Joven Virginal convertida en Esclava del Amo Millonario
Ir al trabajo. Ir a casa. Dormir. Repetir.
Una vida bastante aburrida, ?no?
Y aun asi, la de la mayoria.
Incluyendome.
La asistente del diablo (Reinos oscuros 1)
2019 LITERATURA Y FICCION ROMANTICA
El resplandor de la maquina copiadora iluminaba el rostro su rostro. Andrea miraba los recuadros y graficos sin interes... Para variar. Mientras lo hacia, escuchaba a un grupo de companeros en la esquina de la sala de copiado. -?Vas a la fiesta este fin de semana? -Si, creo que si. Aunque estoy muerte, me encantaria dormir pero sabes como soy, me encanta salir de farra. -Por eso te lo pregunto. Yo tambien estoy como tu pero dicen que es una mansion y que serviran champana. ?No es majisimo? Convirtio el sonido de las voces en ruido de fondo. Volvio a concentrarse en lo que tenia en frente. -5 carpetas. 5 informes. Todos a la sala de reuniones. Al terminar, salio para ir al gran salon en donde los gerentes solian reunirse para hablar de planes y estrategias para la empresa. Cada vez que le tocaba esa tarea, fantaseaba con las conversaciones. Hablaban de negocios, por supuesto, tambien de las cenas con langostas, las fiestas de lujo, las mujeres hermosas con quienes salian.
No como ella, claro, no como una mujer tan gris y entregada a la rutina. Volvio a su pequena oficina, tomo el telefono y marco la extension de su jefe: -Todo listo, sr. Gonzalez. -Excelente. Siempre tan rapida y eficaz, Andrea. Muchas gracias. En pocos segundos, pretendio que estaba ocupada frente a la computadora pero realmente observaba de reojo a los hombres elegantes que salian de sus oficinas con la misma actitud de tios inalcanzables. No podia evitar preguntarse que se sentiria estar con uno de ellos. La tarde transcurrio como si nada aunque era viernes. Algunas chicas salieron temprano para prepararse para lo noche, asi como unos cuantos hombres. Poco a poco la oficina quedo vacia salvo por algunos con tareas pendientes por hacer y, claro, Andrea, quien ya tenia la costumbre de quedarse hasta tarde planificando y organizando lo urgente para el dia siguiente y hasta de la semana. A las 8:00 p.m., escucho que el senor de la limpieza preparaba la aspiradora. Senal inequivoca que tenia que irse en poco tiempo.
Se levanto con tranquilidad, recogio algunos papeles, los coloco dentro de una carpeta roja (porque se trataba de informacion importante), apago la luz de la lamparita de su escritorio y tomo tanto el bolso como el abrigo. Paso por el alfombrado gris de la oficina. Siempre la veia cuando le tocaba irse. La verdad era que la detestaba, detestaba tener que sentir como sus zapatos se hundian levemente sobre la superficie suave. Trataba de menguar la incomodidad al fijar la mirada a los elevadores. Por suerte, no habia nada asi que no tendria que dar una explicacion burda sobre lo que haria el fin de semana. Presiono el boton y entro. Se encontro con esa imagen suya que le sorprendio un poco. Su expresion estaba particularmente severa, tanto, que se le marcaba la vena de frente con fuerza. Debajo de sus ojos negros y grandes, estaban un par de bolsas. No estaba descansando lo suficiente. El cabello corto y oscuro, se le veia opaco; algo que, ademas, le acentuaban unas cuantas canas que le habian salido apenas cumplio los 30. Los labios gruesos, ya estaban descoloridos. El labial se habia corrido casi por completo. Trato de peinarse un poco apenas las puertas se cerraron.
Como un acto de vanidad para convencerse que no todo estaba perdido. Sin embargo, agacho y miro el suelo brillante. Tambien pudo ver su reflejo alli. Suspiro. La vida de Andrea siempre fue, digamos, lineal. Nunca destaco particularmente en la escuela ni en la universidad. Se esmero lo suficiente para graduarse y evitarle dolores de cabeza a sus padres. En esos anos, trato de encontrar algo que realmente le apasionara, asi que participo en clases de piano, pintura y hasta ballet. Fue bastante buena en danza contemporanea pero de un momento a otro, perdio por completo el interes. Tuvo esta misma actitud con casi todo. El sexo era un tema que le causaba un poco de ansiedad. A pesar de andar por la vida como ausente, Andrea era una chica atractiva. Los chicos buscaban acercarsele pero ella tenia este metodo de no prestarles atencion en lo absoluto. Su mirada fria los convencia que era mejor que retrocedieran. No por ello perdio la oportunidad de tener relaciones.
Todo lo contrario. Su primera relacion sexual fue con un vecino de la cuadra. Ambos estudiaban en la secundaria y tenian la misma edad. Por algun tiempo, intercambiaron miradas y hasta unas cuantas palabras, sin embargo, no paso nada mas. Las cosas cambiaron en fiesta de fin de curso. Por lo general, era un evento tedioso en donde los chicos tenian miedo de invitar a las chicas a bailar. Andrea estaba sentada en las gradas de la cancha de basquet con un vaso de ponche en la mano. Tenia un vestido sencillo y el cabello mas esponjado de lo normal. Como queria esconderse de la gente, se quedo al margen de lo que sucedia. En ese momento, se acerco el chico que tanto le gustaba, le extendio la mano y le sonrio. -?Bailamos? Era la primera vez que le pasaba algo asi. No lo podia creer. Dejo el vasito a un lado y fue con el a la pista de baile. La musica de fondo era una cancion de Alt-J. Un poco extrano para un encuentro romantico.
No obstante, Andrea estaba por las nubes. Gracias a ese primer encuentro, los dos estaban juntos casi la mayoria del tiempo. El primer beso fue cuando estaban sentados en el cesped, mirando el cielo, mientras hablaban de peliculas. El se acerco a ella, le acaricio el menton y coloco sus labios sobre los suyos. En ese momento, sintio que algo le nacio en la boca del estomago y que viajaba con rapidez por todo su cuerpo. No pudo identificar que fue pero lo encontro increible. El proximo paso lo dieron cuando los padres de Andrea se ausentaron por una cena con amigos. Ella lo invito a ver peliculas aunque sabia que seria lo menos que harian. Subieron por las escaleras, se desnudo frente a el y comenzaron a besarse con intensidad. Ese momento represento mucho para ella, fue la primera vez que realmente le encontro el sentido a las cosas a pesar de ser tan joven. Terminaron tendidos en la cama. Andrea abrio las piernas y sintio como el pene de el se adentro en ella. Se sostuvo fuerte de sus hombros, sintio un dolor agudo por unos minutos hasta que por fin la molestia cedio. Cruzo el umbral para encontrarse excitada y hambrienta de mas
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El reflejo oscuro de un caballero
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sara toledano psicologa