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Desde el dia en que te conoci
Confianza, amor y honestidad. ?sera suficiente para esta pareja?
Desde mi ventana (Juntos y revueltos 2)
2019 LITERATURA Y FICCION ROMANTICA
Habia terminado, por fin, la cuenta regresiva de esos meses, esas semanas que parecian infinitas, cada uno de sus dias, sus minutos y todos los segundos. La espera de tantas semanas, dieciseis en total, y que parecia interminable al principio, culmino rapidamente. Eva tenia muchas ganas de ir al bano para vaciar su vejiga. Ademas, una joven enfermera con manos agiles hacia delicados movimientos para aplicar esa sustancia fria por su vientre, que aun no mostraba senales de abultamiento. Quiso reclinarse en su comoda silla para calmar su cuerpo, pero le costo mucho. Ella no dejaba de ver a Bruno. Su expresion, que generalmente era de profunda calma, se habia convertido en un ceno fruncido y una mirada molesta. Su mirada profunda como el mar mostraba en ese momento un terrible nerviosismo y una gran ansiedad. Si bien los dos querian estar alli para presenciar el ecosonograma que habian planificado hacer al cumplir los cuatro meses de embarazo, a Bruno la idea de ir a la ciudad no le parecia precisamente agradable. A el, evidentemente, no le gustaba estar en ese lugar. Habian solicitado un turno a primera hora, por lo que aguardaron alli y utilizaron el tiempo disponible para comprar comestibles. Sabian que era necesario, pues su jardin no estaba dando frutos debido a la fuerte temporada de lluvia. No tenian nada que comer, e Eva debia mantener una alimentacion basada en verduras y frutas frescas. Eva era consciente de que pronto tendria que usar ropa mas amplia, aunque todavia su estomago no habia crecido. No le gustaba ir de compras, pero le harian faltas vestidos con tallas mas grandes que las diminutas blusas que solia usar.
Aunque Bruno no era partidario de salir, intento mostrar alegria cuando la acompano al centro comercial. Tambien querian comprar cosas para el nino. A el no le gustaba mucho salir a adquirir esos atuendos. Odiaba hacerlo, de hecho. --Perfecto. Por favor, reclinate para ver tu pancita --le pidio la enfermera con una sonrisa amplia a Eva. Eva se enfoco en el momento y el lugar. Abandono los pensamientos de las compras. Tomo aire y trato de no sentir dolor por el tamano de su vejiga. En ese momento creia que tomar tanto liquido antes de acudir para realizarse ese examen no era precisamente una buena idea. No queria que sus piernas quedaran en una posicion poco confortable. Balanceo su cuerpo para sentirse mas comoda. Cuando movio la parte inferior de su cuerpo, sintio que finalmente el deseo de vaciar la vejiga, asi como el los alaridos de dolor y la tension en su cuerpo finalmente terminaban. Era una chica con cabello negro, unos ojos color miel y un rostro perfectamente maquillado. Aunque aparentaba tener unos dieciocho anos, Eva era consciente de que eso no podia suceder.
Sabia que solo podria haberse graduado en la universidad tras cuatro o cinco anos de estudios. -- Habia olvidado decirlo. Mi nombre es Ana --dijo con calma la enfermera para presentarse. Lo mas importante era que la habia tratado muy bien. No le agradaba para nada la idea de que una persona desconocida la tocara. Ademas, no le hubiera gustado tener que lidiar con una enfermera arrogante o que moviera su cuerpo con molestia para aplicarle alguna inyeccion. Le enfadaban incluso las visitas medicas de su nuevo doctor familiar. Tuvo que ir sola a la primera, ya que Bruno no quiso ir en esa oportunidad a la ciudad. Cuando noto que podia estar enferma, decidio comenzar a acompanarla, pero siempre tenia ganas de salir corriendo de alli y volver a su pequena cabana. No tenian mucho tiempo juntos y el pasado hasta ese momento era un tema tabu. Por eso, Eva no sabia por que Bruno sentia incomodo alli. Se preguntaba si tendria esa sensacion solamente con Alto Prado o todas las ciudades a las que fuese. Si le preguntaba al respecto, seguramente el no querria responder, porque estarian entrando en un terreno pantanoso para el. Si bien el no se negaba a responder sus preguntas ni a conversar, ese tema simplemente no le gustaba. No hablaba para nada sobre ello.
Mas bien eludia el tema y llevaba la charla a otro asunto con el que se sintiera mas comodo. Tambien la distraia preguntandole a ella cosas sobre su pasado. Asi que Eva todo el tiempo debia contestar interrogantes sobre su vida y no podia recordar como la conversacion llego hasta alli. Y cuando Bruno notaba que las cosas no llegaban a ese punto, tomaba el camino seguro y empezaba a hablar del nino que tendrian. Si. Le costaba imaginar que en su propio cuerpo ya habia otro ser creciendo. Iban a tener un nino. Aunque no habia sentido los movimientos de la criatura, seria el nino de ella y Bruno. Ademas, era impresionante que el fuese el padre y estuviese con ella. --Voy a medir algunos indices y comprobar que todo este en orden. Es parte de la rutina. No tienes que preocuparte en caso de que no responda tus inquietudes de inmediato. He tenido a muchas pacientes que empiezan a sentirse nerviosas porque creen que estoy observando alguna anormalidad, pero eso no suele suceder. --Ana hablaba con una voz tan suave y mostraba una expresion tan calmada que, aun cuando la sala de examenes tenia todas las luces apagadas, Eva podia calmarse. Asintio con su cabeza tras escuchar a la enfermera y se concentro en el rostro de Bruno.
Siempre que el llegaba a sus pensamientos, ella sentia que su pecho latia. Le parecia un hombre muy apuesto. De hecho, estaba convencida de que era el mas hermoso en la ciudad, el estado, el pais y el planeta. Pasar todos los dias con el le parecia una de las mejores cosas que podia hacer en la vida. Disfrutar su aroma en las mananas y jugar con sus cabellos... Bruno habia vuelto a la ciudad. Lo habia hecho por Eva. La encontro en la casa de ese sujeto, Andres, la defendio de el y regresaron juntos a su casa en la entrada del bosque, esa calida cabana... Y empezo a sentir esa sensacion tan poderos que no encontraba palabras para describirla. Le parecia que era una emocion intensa que nacia en lo mas profundo de su ser. Era una mezcla de calma, armonia, alegria por la presencia de Eva, fe en su relacion y felicidad. Eva lo amaba profundamente. Lo habia amado incluso antes de que el se marchara de Alto Prado. Se habia mudado, con ella, y habia logrado que ese amor creciera. Ahora era mas poderoso y en solo un dia le habia permitido darse cuenta de que valia la pena estar con el. El movio su cara lentamente al notar que los ojos de Eva estaban fijos en el. Los dos estaban ansiosos.
Le mostro una tierna sonrisa y cruzo sus manos, mostrando el nerviosismo que sentia. Estaban muy emocionados porque verian por primera vez a su bebe. Los dos veian como la enfermera giraba un pequeno y frio aparato alrededor del estomago de Eva. Lo llevaba por todo el vientre y se detenia para presionar en algunas partes. Veia el monitor de la computadora, escribia algunos apuntes y luego volvia a ver el aparato. El examen estaba copando toda su atencion, por lo que ni Eva ni Bruno querian hacer algun comentario que la desconcentrara. Intentaron calmarse, aunque les costaba. --?Les gustaria saber el sexo del bebe o preferirian esperar? --pregunto Ana. Despues de un rato, alzo sus ojos y dejo de mover sus manos. A Eva le parecia que su boca estaba trabada y todas las palabras estaban sujetas a su garganta. Ademas, la ansiedad en su pecho crecia mas y mas. Habia esperado ese momento por semanas, con mucha ansiedad, pero ahora no sabia que decir. Bruno llevo su mano y la puso sobre su rodilla. La posicion mostraba lo incomodo que se sentia estando sentado alli. Ese tipo de sillas eran habituales en las salas de espera o los consultorios, pero no eran precisamente confortables.
--De hecho, nos gustaria saberlo ahora --le dijo con calma. --?Podria decirnos, por favor?. --Si, por favor --dijo Eva despues de unos segundos. --Tambien me gustaria saber. Ana escucho y sonrio alegremente. --De acuerdo. Entonces movere el monitor. Asi podran ver a su hijo e incluso podrian darse cuenta del sexo sin que yo se los diga. --Movio la gran pantalla y esta quedo frente a ellos. Eva solto un suspiro mientras Bruno se movia. Puso su mano sobre la de ella y se sintio tranquila, apoyada, amada. Ella la tomo con algo de fuerza y Bruno le correspondio con otro apreton, tambien suave. El momento era tan maravilloso que Eva no pudo contener el llanto. En su pecho habia miles de nudos causados por la alegria. Luego ambos pudieron apreciar una figura.
Era la de un rostro. Ana deslizo el aparato sobre el estomago de Eva. Entonces pudieron ver el resto de su anatomia. Manos, piernas, rodillas y pies. Eva evitaba ver la cara de Bruno. Sabia que, si se encontraba con su cara en ese momento, no podria controlarse. El era un hombre apuesto, con una gran presencia, una fuerte musculatura y un espiritu independiente. Sentia que el habia estado bien cuando estuvo soltero, en una cabana alejada de la ciudad. Y ahora, estaba impresionado por lo que veia. Eva habia pensado que los cambios de humor eran solo un chiste, que las mujeres no pasaban por eso. Pero ahora que lo vivia, entendia que era totalmente cierto. Las emociones eran muy fuertes. De un momento a otro su animo se alteraba terriblemente. Estaba alegre y relajada, y violentamente se convertia en una mujer molesta e insatisfecha. El embarazo habia causado tantos cambios en Eva que ahora no podia controlar sus emociones.
Pudo ver que tendria la misma nariz alargada de Bruno. --Vaya --dijo mientras soltaba un suspiro. Estaba en shock. Ana llevaba el aparato por la parte derecha de su pancita. La carita del bebe aparecia de nuevo en el monitor. --?No es increible que podamos ver tantos detalles aun cuando falta tanto para el parto?. --Es maravilloso todo lo que podemos descubrir. Contamos con una tecnologia muy avanzada --agrego Ana. --?Puedes adivinar el sexo de la criatura?. La sonrisa gigante en su estupenda cara demostraba lo feliz y satisfecho que se sentia. --Creo que ya se que tendremos --dijo Bruno al aproximarse. --Sera varon. Su voz revelaba que sentia una emocion inusual para estos casos. --!Exacto! --dijo Ana. Ambos Sabian que estaba acostumbrada a ver bebes todos los dias, pero igualmente se veia alegre delante de ellos.
Se sintieron contentos por ver que Ana transmitia felicidad y rebosaba de optimismo. Eva intuyo que se sentiria feliz si tuviera a una chica como Eva como amiga. Era calida y agradable. Pero recordo que vivia lejos de Alto Prado. Entonces su pecho se estremecio de dolor. Se sintio sola una vez mas. Si, amaba a Bruno. Lo amaba profundamente. Pero le hacian falta sus amistades. Queria hacer nuevos amigos tambien. En su caso era complicado, porque estaba a unos cuarenta minutos de distancia de la ciudad. Aunque la lejania no era la unica razon. Habia perdido el contacto con todos sus allegados y queria retomarlo. Se habia alejado de todos ellos despues de comenzar su relacion con Andres. Cuando recordo a su familia, la agitacion en su pecho fue tan poderosa que creyo que no podria aguantarla por mucho tiempo.
Con ellos tambien habia perdido el contacto. El tomo sus dedos con fuerza. Ese movimiento la calmo, la saco de sus pensamientos y la devolvio al presente. Estaba alli, en esa sala de examenes, viendo al nino que en unos meses naceria. --Es un varoncito --dijo en voz muy baja. De nuevo mostraba lo impresionada que estaba. -- Parece increible lo que esta pasando. Aun no he sentido sus pataditas y mi pancita sigue pequena, pero ya quiero ver su carita y tenerlo en mis brazos. --Entiendo. Aunque cinco meses te parezca mucho tiempo, cuando abras los ojos estara en tu pecho. Todo pasara mas rapido de lo que crees. --Ana se acerco a la computadora y la apago. -- Ire a conversar con el doctor. Necesito cerciorarme de que todos los indices que medi estan bien. Regresare en unos minutos.
--De acuerdo. Quisiera... orinar, si no hay problema. --No puedes. Deberas disculparnos, pero tienes que esperar otro rato. Si los indices son inexactos o el doctor ve algo que pueda afectar tu embarazo, necesitaremos encender la computadora para realizar el examen una vez mas. Tendriamos que hacerlo antes de que vayas al bano. --De acuerdo --dijo Eva con molestia. --Hare todo lo posible para volver pronto. Aunque la habitacion seguia en penumbra, Eva podia disfrutar la luz que Bruno reflejaba en su mirada. Ana salio de la sala con rapidez, cumpliendo la primera parte de su promesa. --Querias tener un varon, di mal no recuerdo. --Es verdad. Siempre he pensado que tener un varon seria lo mejor para mi. Eva estaba contenta de saber que por lo menos le gustaba la idea de convertirse en papa. Era un cambio aceptable despues de que el habia mostrado cierta inquietud cuando se entero del embarazo en la segunda semana.
Pero ella habia comprendido su reaccion en ese momento, porque la noticia habia sacudido el mundo para ambos. --Si una persona tiene que esperar tanto para orinar, ?podria morir?. --No lo creo --dijo Bruno, mostrando una gran sonrisa. --Solo tienes que esperar unos minutos mas. Quizas esta espera sirva para que te adaptes. Debes acostumbrarte, porque esta es una de las consecuencias de estar embarazada. --?Adaptarme? No dirias lo mismo si tuvieras que beber agua en grandes cantidades y esperar casi todo un dia para poder orinar. --En realidad solo han pasado unas horas. --Aunque solo sean unas horas, no lo soportarias. --Suelo tomar mucha agua, porque cuando trabajo las temperaturas son altas. Como sudo mucho por mi trabajo.... --Mejor guarda silencio --le pidio Eva--. Si Ana no vuelve rapido, voy a mearme en los pantalones. Ojala hubiera traido otros. Asi podria orinar estos sin pensar tanto en como me ire de aqui.
--Sera mejor que no los orines. Solo se complicaria todo --dijo Bruno, y volvio a sonreir picaramente. Si, el respondia como hombre. Era obvio que no entendia lo que pasaba. Y nunca lo entenderia. Supuso que deberian agradecer a Dios por no tener que dar a luz. Entonces ella respondio con un resoplido de molestia. De todos modos, Eva estaba feliz por su compania. Habia soportado sus respuestas malhumoradas y su ausencia en el comedor, cuando el olor a comida recien preparada le producia fuertes nauseas y dolores de cabeza. El habia preparado muchos emparedados para ella durante las primeras semanas del embarazo. Tras unos minutos que a Eva le parecieron un mes, Ana volvio. Su rostro estaba feliz. --El doctor me ha dicho que todo esta perfecto. Coincide conmigo en que el embarazo va perfectamente y el crecimiento del nino esta acorde a las semanas que lleva. Ya pueden retirarse... Un momento.
?Debo llorar o reir de alegria?, se pregunto Eva. --Por poco olvido darles esto. Son las fotos del bebe. Pueden llevarselas --dijo Ana, sacando un pequeno sobre de su bolsillo. Eva suspiro aliviada. --Vaya. La primera foto del hijo que tendremos --dijo. Habia olvidado repentinamente las ganas de orinar. Tomo el sobre, pero decidio no abrirlo. En cambio, se le cedio a Bruno. El lo sujeto como si fuese un objeto delicado y costoso. --Ten. Puedes quitarte el gel de tu vientre con esta toalla. Al final del pasillo, a la derecha, encontraras el bano --le informo Ana mientras le extendia una toalla color salmon. Eva la tomo con alegria y suma gratitud.
Se levanto de la camilla y fue hacia el bano. Con sus manos se limpio rapidamente la gelatina fria. Bruno aun no se habia levantado de su silla. Por primera vez le daba gracias a Dios por poder ir a un bano y orinar. Una vez que lo hizo, llevo sus brazos al lavamanos. Aguardo unos segundos mientras el agua se calentaba. Cuando se vio en el espejo sobre el lavamanos, noto que su rostro no habia cambiado para nada. Tenia el mismo cabello rizado y amarillo, sus intensos ojos color avellana y su piel blanca y delicada. El resto de su cuerpo tampoco habia experimentado ningun cambio. Guardaba un hermoso tesoro en el, pero aun nadie podria notarlo. La temperatura del agua subio. Eva lavaba sus dedos, pero el dolor en su pecho retorno con fuerza. Queria contarles a su familia y a sus allegados que esperaba un bebe, que seria un varon y estaba feliz. Y tambien queria que su mama viera las primeras fotos del nino. Hasta donde su madre sabia, ella todavia vivia con Andres.
La ultima comunicacion que habian tenido se habia producido hacia unos cuatro anos. Despues de eso, no volvio a contactarla. No habia reunido el valor que necesitaba para hacerlo. Eva ya lo habia entendido perfectamente. Aunque queria que las cosas fuesen diferentes, la realidad era otra. Entonces se puso frente al espejo, casi inmovil, mientras el agua empapaba sus dedos y los aseaba por completo. Capitulo 2 Un bebe requeria tantos articulos que a Eva le parecio impresionante tal cantidad. Ella intento pensar en otra cosa que no fuese la larga lista que tenia en su bolso. Habia decidido ir a una tienda que ofrecia descuentos durante todo el ano, aunque solo vendia ropa usada. Se enfoco en la ropa que estaba en los armarios. Estaba en perfecto estado y los descuentos eran razonables. Pero usar ropa para mujeres embarazadas no era precisamente lo que queria. Le costaba verse a si misma con pantalones amplios y una gigantesca cinta en el medio para que su vientre se viera grande. Le perturbaba mucho esa imagen. Lo que anhelaba era comprar ropa de tallas mas grandes y un vestido amplio.
Se preguntaba que pensaria Bruno de ella cuando su embarazo avanzara. Tendria su cara inflamada y sus brazos enormes, retendria liquido y... Ojala aun le pareciera una mujer hermosa, si bien en su propia mente no lucia de ese modo. Se aferraba a una esperanza. Quizas el podria encontrar algo de belleza en ella porque recordaria que su hijo estaria en su vientre. Era el momento de empezar a comprar esa larga lista de articulos infantiles. Eva habia decidido ir a ese lugar ya que Bruno estaba en otra tienda, comprando sus propios articulos. El llegaria luego para acompanarla a comprar las cosas del bebe en la tienda por departamentos que ocupaba casi toda una manzana. Eva habia descubierto que ser madre era una labor titanica para la que nadie la habia preparado ni dado sugerencias. Recordo a su madre y el agradecimiento hacia ella llego a su mente. Con su embarazo, podia entender el esfuerzo tan grande que habia hecho para traerla al mundo y darle una buena educacion. Aunque el nino no habia nacido, ya ambos estaban agotados. Y ella queria hablar con su madre para expresarle su gratitud. Y anhelaba decirselo en persona. Pero no podia. Debia llamar a su madre por telefono o renunciar a esos pensamientos.
Si llegara a sentir que estaba lista para hacer esa llamada, estaria mas calmada. Pero no sabia que decir si hacia esa llamada. Pensaba solo en como pedirle perdon. Habian pasado cuatro largos anos, casi cinco, y toda la soledad que habian vivido ambas en ese tiempo no se podian olvidar con solo unas palabras de arrepentimiento. Tenia que hacer algo para dejar de sentirse asi. Tras unos minutos buscando, encontro pantalones grandes que le parecieron comodos y hermosos. Tambien pudo encontrar blusas amplias, dos vestidos grandes que llegaban hasta las rodillas y algunos abrigos de gran tamano. Su fortuna fue mayor, porque luego pudo conseguir una bata que se expandia y algunas camisas coloridas. Tomo aire mientras continuaba viendo los armarios de exhibicion. Penso que con esos atuendos seria suficiente. Le alcanzarian para vestirse hasta que diera a luz. Se dirigio a una caja en la que habia una chica con una cara inexpresiva. Era una chica esbelta, con cabellos color azabache y una bufanda playera que envolvia su frente. Parecia que acaba de llegar de una playa. Ademas, unos inmensos aretes que caian de sus orejas proporcionaban el ultimo detalle que le hacia falta a su apariencia tropical.
Entonces Eva pago sus articulos. Lo hizo con los billetes que Bruno le habia dado. Como pudo, compro cuatro bolsas de ropa sin pasarse del limite de los ciento veinte pesos. Recordo que debia llevar toda esa ropa a la cabana y luego tendria que lavarla. Como apenas contaban con agua Bruno iba al rio todos los dias o lavaba todo a mano para que los brazos de Eva no se inflamaran. Para tener algo de agua caliente, tenian que ponerla sobre la cocina. Secaban su ropa poniendola delante de la estufa o dejandola afuera, cuando los rayos del sol se asomaban. Suspiro con esa imagen. Eva sabia que ese era un estilo de vida complicado. Al nacer el bebe, todo se pondria mucho peor. Entendia perfectamente que los ninos recien nacidos ensuciaban mucha ropa y habria que lavarla rapidamente. Tomo las bolsas cargadas de ropa. Se ubico en la entrada de la tienda, cerca de las puertas giratorias, esperando que el calor que llegaba desde afuera la refrescara. Desde alli podia ver la camioneta de Bruno cuando llegara. Sabia que el estaria alli en unos quince minutos, o menos.
Le habia dado unos agradables noventa minutos para que ella hiciera sus compras con mucha calma. Pero los dedos de sus pies ya le dolian por el peso que debian soportar. Ya tenia hambre y sed. Su columna vertebral tambien estaba agotada tras ese largo rato que habia permanecido sin que ella se sentara en la tienda. Entonces Eva se puso sobre la pared. Ojala hubiera un asiento cerca, penso. Volvio a distraerse, de nuevo con el tema de la ropa. Sabia que le costaba mucho lavar todo con sus manos, aunque Bruno la ayudaba. A medida que el embarazo avanzara, seria mas complicado hacer esa y otras tareas. Le bastaria con los cuidados del bebe para cansarse rapidamente. Vivian lejos de Alto Prado, y tener que salir de compras tambien la cansaba. Ademas, habria un monton de cosas mas por hacer. Pero no habia ropa de nino que tuviera que lavar en ese momento. Aun no habian comprado nada para el bebe que naceria en cinco meses. Su presente estaba conmocionandola, aun cuando faltaban semanas para la llegada de su hijo.
Sintio que empezaria a llorar en cualquier momento. Quizas no estoy lista para esto, penso. Tal vez no puedo seguir viviendo asi... o traer un hijo al mundo. Esos pensamientos eran una locura. Y ella era consciente de ello. Penso que esas cosas llegaban a su mente por los cambios hormonales que estaba viviendo. Si algo no queria era que Bruno supiera que habia llorado antes de que llegara, por lo que con sus dedos limpio sus ojos y se deshizo del llanto que amenazaba con caer. Se preguntaba si no deberia sentir que bastaba con el amor que sentia por el. Pero ella no pudo seguir teniendo esos pensamientos tan extranos. Gracias a Dios. Bruno llego en su antigua camioneta al estacionamiento y ella suspiro. Salio de la tienda una vez que el se acerco a las puertas giratorias de la entrada. Eva abrio la puerta trasera del auto. Puso alli las bolsas y dio unos pasos para sentarse en el asiento del copiloto. El aguardo mientras ella sujetaba su cinturon de seguridad alrededor de su cuerpo.
Una vez que lo hizo, encendio el auto y emprendio el camino por el estacionamiento lleno de vehiculos. --Creo que hiciste unas buenas compras --dijo mientras abria ampliamente sus ojos. --Asi fue --contesto en voz baja. --Hice una compra estupenda --dijo. Evadio su mirada. Creia que, si veia sus profundos ojos, empezaria a llorar desconsoladamente. Veria la tristeza que mostraria su cara.
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Pensamientos desde mi cabana
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