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Angela Carter
Cuentos completos
Hubo un tiempo no muy lejano en que los cuentos de hadas no estaban destinados a los ninos. Los relatos incluidos en este mitico volumen, recogidos por Angela Carter para la editorial Virago, donde durante anos han sido uno de sus longsellers, tampoco son para ninos. En ellos encontramos sangre, humor, sexo y muerte. No hay princesas nonas ni hadas maravillosas, sino jovenes astutas, ancianas taimadas, chicas malas, hechiceras, parteras vengativas, mozas ladronas, novias rastreras, madres, hijas y hermanas raras. Solo una escritora tan radical como Angela Carter podria haber sido capaz de recopilar esta antologia de relatos, todos protagonizados por mujeres, una celebracion del universo femenino a traves de los tiempos, ilustrado con los grabados originales de la edicion inglesa. Por fin en castellano la mitica coleccion de cuentos maravillosos que Angela Carter recopilo para Virago Press y que se convirtio en un autentico longseller.
Cuentos para quedarse en casa
2016 FICCION COMTEMPORANEA
e aqui una coleccion de cuentos de hadas en la que, como admite la propia compiladora en la introduccion que antecede a los relatos, pocas hadas pueden encontrarse. Acaso sea mas ajustado hablar de cuentos maravillosos, en lugar de traducir el termino anglosajon fairy tale literalmente. Pero, en cualquier caso, ?que es un fairy tale, un Marchen aleman, una skazka rusa? En su fenomenal obra de 1976, titulada originalmente The Uses of Enchantment. The Meaning and Importance of Fairy Tale, 1 el psiquiatra y psicologo infantil austriaco Bruno Bettelheim, superviviente de los campos de concentracion nazis y emigrado a Estados Unidos, aplica los conceptos basicos del analisis freudiano al fenomeno que nos ocupa, mas, a la hora de definirlo, cita al historiador y filosofo rumano Mircea Eliade, segun el cual estos cuentos proponen <> que, por lo tanto, dotan de <> a la vida. Agrega Bettelheim que Eliade y otros estudiosos del genero desde el punto de vista antropologico han destacado su parentesco con el mito, pues ambos parecen prestar expresion simbolica al rito de iniciacion o de pasaje en el que un yo metaforico muere y renace en un plano superior de existencia. Como tales, estos relatos serian manifestacion de una necesidad que los seres humanos acusamos profunda e intensamente, y estarian cargados de ese sentido de la vida que todos, de alguna manera, hemos buscado alguna vez. ?Que diferencia existe, pues, entre el mito y el cuento de hadas? En palabras del propio Bettelheim, el cuento de hadas deja claro que se dirige a una persona normal, a uno de nosotros, y que su heroe protagonista (el yo metaforico) es un mortal cualquiera: lo es al principio de la historia y tambien al final, una vez superadas todas las pruebas, despues de haberse autorrealizado. El mito, sin embargo, no es apto para formar la personalidad total del nino, <>, al plantear una trama en la que las demandas de ese superyo entran en conflicto con la accion desencadenada por el ello y los deseos de autoproteccion del yo. En el mito, el heroe es a menudo inmortal o esta investido de cualidades sobrenaturales; ademas, los dioses se inmiscuyen constantemente en la trama y dirigen el desarrollo de la historia. A consecuencia de todo esto, el mito suele ser pesimista, mientras que el cuento maravilloso es optimista y conduce ineluctablemente a un final feliz. Bettelheim, defensor a ultranza del cuento de hadas --que utilizo para tratar a ninos con trastornos severos en su practica medica--, plantea ya desde el titulo de la obra citada arriba una tesis que resultaba muy osada a finales de los anos setenta del pasado siglo: los cuentos tradicionales, populares o maravillosos proporcionan al nino una guia para lograr una buena integracion de la personalidad que incluye la satisfaccion de sus impulsos inconfesables (el ello) y la victoria final del yo. Lo que es aun mas importante: le garantizan un final feliz (a diferencia del mito, que se limita a proyectar las exigencias del superyo, y por lo tanto la manera de forjar una personalidad ideal). Al margen de su valor en la educacion de los menores, Bettelheim subraya que la medicina tradicional hindu lleva siglos sirviendose del poder curativo de los cuentos en casos de desintegracion de la personalidad, pues una practica habitual consiste en entregar una historia al paciente (de cualquier edad) para que reflexione sobre el mal que obnubila su alma y provoca su trastorno. Bettelheim escribia, como el mismo explica en un capitulo de su obra, en la era de la decadencia y desprestigio del cuento de hadas. Apunta que, paradojicamente, fueron el auge y la divulgacion de los conceptos fundamentales del psicoanalisis los que acabaron por privar a los ninos de esta fuente de sabiduria tradicional, que durante decadas cayo en desgracia y fue contemplada de reojo, con recelo, por considerarse que estaba llena de crueldad, de imagenes sangrientas y de estereotipos nocivos para la educacion de las nuevas generaciones.
No extrana, pues, que los setenta y los ochenta fueran las decadas de oro de la reescritura y de la revision del cuento popular (corriente en la cual podemos enmarcar la obra que lanzo al estrellato literario a la propia Angela Carter, La camara sangrienta). Mientras que los padres acaso quedaran sosegados restringiendo el acceso de sus hijos a este valioso legado de fantasia, suprimiendo asi, entre otras cosas, la imagen negativa del progenitor que ofrecen tanto los cuentos como el psicoanalisis freudiano, los ninos, segun Bettelheim, habrian salido perdiendo en esta evolucion. Sin un espejo en el que reconocer sus propias pulsiones asociales, destructivas, agresivas e inadmisibles, los pequenos se sienten solos, sacan la conclusion de que nadie mas comparte tales vuelos de la imaginacion y ademas carecen de la guia que el cuento habia suministrado a todas las generaciones anteriores: vendria a ser la hoja de ruta de como vencer los propios miedos y progresar hacia el desenlace feliz, con el mensaje reconfortante de que, pese a las muchas dificultades, saldran airosos. Aunque se abra con <>, una pieza brevisima --excesivamente breve para ser clasificada como cuento maravilloso-- de tintes mitologicos o legendarios, y aunque incluya alguna que otra fabula --termino que designa un relato admonitorio donde prima la moraleja y que carece del desarrollo propio del cuento de hadas--, la casi totalidad de los relatos recogidos en este volumen son cuentos de hadas o cuentos maravillosos tal y como los definian Eliade y Bettelheim: estan protagonizados por gente corriente y se dirigen a un lector cualquiera, apelando particularmente a sus debilidades y ansiedades tipicamente humanas. Una decada y media antes de que Bettelheim escribiera su ensayo sobre la interpretacion freudiana del cuento de hadas, Erich Fromm habia reflexionado en El lenguaje olvidado. Introduccion a la comprension de los suenos, mitos y cuentos sobre <>. Es, prosigue Fromm, un lenguaje que el hombre occidental ha olvidado, que ha quedado sepultado bajo estratos y estratos de cultura occidental, a pesar de ser, segun el, <>. 2 Los cuentos maravillosos, pues, estan confeccionados del mismo material que los suenos: los componen simbolos, que apelan al ser humano a un nivel inconsciente, o preconsciente; y que estan al alcance de todos, mas alla de lenguas, culturas o edades; y que trascienden tambien las distintas etapas de la historia. Es precisamente esta universalidad lo que nos fascina, lo que nos deja perplejos y nos hace preguntarnos sobre el origen ultimo de tales semejanzas. No en vano, esa pregunta dio lugar a una de la mas encarnizadas pugnas intelectuales del siglo XX, entre Sigmund Freud y varios de sus discipulos aventajados, encabezados por el suizo Carl Jung. A grandes rasgos, podriamos afirmar que Freud interpreta los cuentos de hadas y los mitos en la misma clave que los suenos --como regresiones a una etapa primitiva del desarrollo humano donde se da rienda suelta a atavismos y a necesidades inconfesables de la libido--, mientras Jung propugna que la voz que nos habla en nuestros suenos no es la nuestra, sino que brota de una fuente trascendente, y que el fenomeno onirico nos remite por lo tanto al hecho religioso en el sentido mas amplio. En su ensayo sobre el lenguaje olvidado, Fromm vacila --?acaso con cierta incoherencia?-- entre la interpretacion freudiana de Caperucita Roja, que desencripta empleando una panoplia de simbolos esencialmente sexuales, y la mas junguiana lectura de la trilogia de tragedias de Sofocles (Edipo, Edipo en Colomo y Antigona). Esta ultima exegesis, que incorpora la dimension historico-religiosa a la comprension del mito, se basa en los postulados de la obra de J. J. Bachofen El matriarcado (1861): el conflicto surge, en ultimo termino, de la tension entre la religion (o, mas en general, del orden simbolico) primigenia, matriarcal, que regia en los albores de la historia del hombre y el sistema patriarcal instaurado con posterioridad y caracterizado por la predominancia del hombre en una sociedad organizada jerarquicamente y por la autoridad del paterfamilias.
Tras debatirse entre las dos escuelas, Fromm lanza un alegato en pro del sueno (<>) y asegura que sonar no es otra cosa que sumirse en un estado de reposo, donde nos liberamos del molesto caparazon de la cultura aprendida y nos podemos volcar totalmente en nuestra autoactividad. La voz de nuestro sueno, dice Fromm, sigue siendo nuestra, quiza mas nuestra que nunca, y mas lucida en muchos aspectos que durante la vigilia, solo que ahora esta reelaborando toda clase de actividades mentales (en lugar de expresar exclusivamente deseos libidinosos, como suponia Freud).
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